Se terminaron ayer los octavos de la Champions y hoy toca analizarlos (aquí hablaré de las eliminatorias de equipos extranjeros).
El día 16 de febrero, volvió la Champions a los estadios europeos con un novedoso formato dirigido especialmente a los amantes de esta competición (entre los que, obviamente, me incluyo) que consiste en jugar las 8 eliminatorias de octavos en dos semanas, de manera que cada uno pudiera ver la mitad de todos estos partidos de octavos si contamos todos los duelos emitidos en abierto (8 de los 16 con la ida y la vuelta de las eliminatorias incluidas). Hay cosas que Platini hace bien, al menos para mí, como este cambio de formato o el hecho de que equipos de países pequeños futbolísticamente puedan jugar la Champions igual que se hacía antiguamente, cuando esta competición era aún denominada Copa de Europa. Pero no me voy a enrollar más con la introducción, y voy a ir con lo importante, las eliminatorias.
AC Milan-Manchester United
La primera eliminatoria de la que hablaré es la que enfrentaba a Milan y Man United. El United quería quitarse la espina de las semis de 2007 y eliminar a un Milan que desde ese año ha decaído de manera muy sensible con la marcha de Kaká, la retirada de Maldini y el inevitable envejecimiento del resto de sus estrellas. Este cruce empezó de la manera más imprevisible; en el 3º minuto de la eliminatoria Ronaldinho batía a Van der Sar con un gol de volea. Pero media hora después, Scholes marcó un gol tremendamente afortunado (intentó una volea y remató con la pierna izquierda, su pierna de apoyo, lo cual despistó a Dida). El empate ya estaba en el marcador, pero Rooney no había aparecido aún... en algún momento tendría que hacerlo... y así fue. En el minuto 66, el martillito pilón del United apareció para conectar un difícil remate de cabeza que se coló por encima de Dida. En el 74, rubricó su doblete con otro gol de cabeza causado por un fallo defensivo de la defensa del Milan. Con el partido y la eliminatoria casi sentenciados, Seedorf marcó el gol de la esperanza para el Milan (un golazo de tacón, por cierto).
La vuelta fue otra historia. El United quería obtener rápidamente su pase a cuartos, y lo consiguió. Fueron cuatro goles los que se llevó el Milan. Dos de Rooney (uno de cabeza y otro de gran definición ante la salida de Dida), uno de Park y otro de Darren Fletcher en un remate de cabeza libre de marca en el segundo palo. Mi comentario sobre este partido ha sido corto, como la historia del mismo. 7-2 en el gol average de la eliminatoria.
Bayern München-AC Fiorentina
Esta fue una eliminatoria mucho más emocionante que la anterior, así que puede que me extienda. En el Allianz Arena pudimos ver un duelo equilibrado en el que el Bayern golpeó primero con un gol de penalti de Robben en el descuento de la primera parte. El descanso fue importante para la Fiore, ya que la charla de Prandelli motivó a sus jugadores y Kroldrup consiguió el empate en el 50. Pero había alguien que tenía ganas de dar la nota y ese fue el archiconocido colegiado noruego Tom Henning Ovrebo, que cometió (con la ayuda inestimable de su linier, claro está) un gran error dando por válido un gol de Miroslav Klose en el que el jugador estaba dos metros adelantado en el momento en que le dan el pase de gol. Desde ese día se declaró la guerra en Italia, y después de ese error, ya se esperaba con ansia la vuelta en Florencia para darle a los bávaros su merecido.
En la vuelta, el partido fue paradójico, ya que se podría decir que tuvo una larga gracias a unos simples cinco locos minutos. El primer gol del partido fue obra del interior zurdo de la Fiorentina Juan Vargas, que se aprovechó del fallo de Butt al atajar el balón tras un disparo lejano y fuerte de Gilardino. Algo destacable de este partido fue el fuerte viento que soplaba en el Artemio Franchi, que en la primera parte iba a favor del cuadro "viola". La primera parte nos dejó otras jugadas destacables, como el paradón de Sebastien Frey a Robben tras un error defensivo de los italianos. Ya en la segunda parte, el Bayern salió necesitado de un gol (el empate les clasificaba a cuartos) pero quien marcó fue el montenegrino Stevan Jovetic (un gran jugador joven del que me impresionó saber que con 18 años era capitán del Partizan de Belgrado y que cada vez más importante en la Fiorentina debido a la sanción impuesta a Adrian Mutu por su reincidencia en el consumo de drogas) en el minuto 54 después de un pase tremendo de Gilardino de tacón. Y ya en el minuto 60 comenzaron los 5 minutos locos de este partido. Van Bommel fue el que los abrió, abriendo también la lata para el Bayern con un gol de disparo lejano y raso ante el que nada pudo hacer Frey. La respuesta de los "viola" fue inmediata, y otra vez Jovetic marcó después de una buena jugada individual y de un pase de cabeza de Gilardino, batiendo a Butt con un disparo que se coló entre las piernas del veterano portero. Los cinco minutos locos llegaron a su fin (y qué fin) con un espectacular gol de Robben. La explicación es muy sencilla; los extremos del Bayern son tan ofensivos que juegan a banda cambiada, y esto les favorece para golpear mejor a portería, y esto Robben lo aprovechó a la perfección. Arjen arrancó desde la banda derecha, se metió hacia el centro, y cuando lo tuvo claro, soltó un zurdazo que hizo absolutamente inútil la estirada de Frey. De los otros 25 minutos, diré que son prescindibles y que no explicaré nada acerca de ellos. En el gol average de la eliminatoria, el resultado fue 4-4 favorable al Bayern por el valor doble de los goles en campo contrario.
Oporto-Arsenal
En la ida, jugada en O Dragao, pudimos ver a un Arsenal absolutamente mermado por las ausencias, que obligaron a los Gunners jugar con habituales suplentes, como Fabianski en portería o un veteranísimo Sol Campbell en el eje de la defensa inglesa. Los portugueses llevaron desde el principio la iniciativa y atacaron la portería de Fabianski (bien defendida durante el principio del partido) de la mano de Falcao y Hulk. Pero en el minuto 12, el extremo diestro Silvestre Varela, en un centro raso sin aparente peligro forzó el error de un desorientado Fabianski, que se comió el baloncito que le mandó Varela y puso el 1-0 a favor del Porto. Seis minutos después, el Arsenal reaccionó y un voluntarioso Rosicky dio una asistencia de cabeza a Sol Campbell a la salida de un córner para que este empatara el partido a 1. La balanza se nivelaba, pero el partido cambió su rumbo y no hubo nada más destacable en el primer acto. Ya en la segunda parte, parece ser que el árbitro Hansson se comió un penalti a Rosicky, jugada de la cual llegó un contraataque por parte del Oporto que terminó de manera desafortunada para el Arsenal. Sol Campbell cedió el balón a Fabianski, y éste lo cogió con la mano, haciendo que el linier y el árbitro vieran la claridad de la jugada. Lo curioso es que Rúben Micael le quitó el balón de las manos a Fabianski, lo puso en juego antes de que Hansson diera la orden de sacar y Falcao se aprovechó para marcar a puerta vacía uno de los goles más tontos de la competición. 2-1 y victoria para el Oporto, que veía con optimismo la posibilidad de pasar a cuartos.
En la vuelta todo fue diferente y sin historia. No jugó Cesc pero apareció Samir Nasri de manera muy notable. El diluvio de goles por parte del Arsenal comenzó de la mano de Nicklas Bendtner, que aprovechó un aparatoso pase de Arshavin para meter la punta de la bota y adelantar al Arsenal. Quince minutos después, en el 25, Bendtner repitió después de una gran jugada por la izquierda de Arshavin, en la que el ruso se fue de tres contrarios como él quiso y le puso una gran asistencia al punta danés para marcar el segundo de la noche. El tercer gol fue una obra de arte. Y ésta fue firmada por Samir Nasri. El francés recibió en banda izquierda, evitó con enorme clase el marcaje triple de la defensa del Oporto, llegó hasta línea de fondo y disparó con gran precisión y sin ángulo al palo derecho de la portería de Helton. Un gol absolutamente espectacular. Mirar el marcador y mirarse algunos defensas la cintura después de esta jugada de Nasri fue muy doloroso para el Porto, que recibió dos goles más. Uno fue tres minutos después del de Nasri y lo marcó Eboué en una jugada de contraataque y el quinto y último fue de Bendtner en el descuento, de penalti. 7-2 en la eliminatoria y los portugueses para casa.
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