viernes, 9 de abril de 2010

Cuartos de Final Champions League (I)

No sé si esto queda muy bien, porque ya han pasado tres días desde que se terminaron los cuartos de la Champions, pero bueno, escribiré acerca de ellos. Salen vivos de estos cuartos de final cuatro equipos que se cruzarán de esta forma:

Inter-FC Barcelona
Ida: Inter-Barcelona, Martes 20 Abril, 20:45, Giuseppe Meazza, La 1
Vuelta: Barcelona-Inter, Miércoles 28 Abril, 20:45, Camp Nou, Autonómicas

Bayern-Olympique Lyonnais
Ida: Bayern-OL, Miércoles 21 Abril, 20:45, Allianz Arena, Autonómicas
Vuelta: OL-Bayern, Martes 27 Abril, 20:45, Gerland, La 1


Esto será dentro de dos semanas, ahora hablaré de dos de los cuatro enfentamientos de cuartos:


Olympique Lyonnais-Girondins Bordeaux

La eliminatoria entre los franceses se presentaba igualada, y en la ida ganaron los lioneses. Al principio, el partido fue de tanteo entre las dos escuadras francesas, con ocasiones para los dos equipos, pero en el minuto 10 tras un nefasto despeje de Ciani, el balón cayó en los pies de César Delgado, que asistió a su compatriota Lisandro López para marcar el primer gol del Olympique de Lyon. De todas formas, el Burdeos no se achantó y buscó el gol, ya que éste le podría dar un gran resultado para la vuelta. Y cuatro minutos después, lo encontraron. Este gol llegó de una jugada por banda derecha de Yoann Gourcuff, que tras un gran recorte en el que dejó tirado en el suelo a su par, puso un centro al segundo palo que remató totalmente a placer el marroquí Marouane Chamakh. El partido seguía loco y en el minuto 24, Chelo Delgado recibía un tremendo balón en profundidad que desaprovechó ante Carrasso, que detuvo magistralmente. Posteriormente, Lloris también se lució parando un espléndido taconazo de Gouffran que iba directo a la escuadra. Pero en el minuto 32 se acabaron las tonterías y el gran Michel Bastos aprovechó un fallo garrafalísimo (probablemente esta palabra no exista pero es la que mejor expresa la jugada) de Benoît Trémoulinas, que ante un centro desde banda izquierda no llegó a despejar de cabeza, haciendo así que el balón le cayera muertecito a Bastos para marcar el 2-1 de un trallazo. En la segunda parte, el Girondins se pareció un poco a ese dicho que dice "Dios aprieta pero no ahoga", porque atacó sin llevarse recompensa. De hecho, el equipo bordelés se hundió un poquito más en la miseria al final del partido. La más clara de estas ocasiones fue un tiro al larguero del interior zurdo Wendel, que falló cuando Lloris estaba batido. El Burdeos continuaba apretando y el Lyon seguía metido en su campo, pero en esos momentos pasó lo peor que le podía ocurrir a los de la Gironda; tras un disparo desde fuera del área de un jugador del Lyon, el balón impactó en el brazo de Mathieu Chalmé, que estaba completamente separado del cuerpo (aunque ese es un penalti injusto debido a que Chalmé está de espaldas y no tiene intención alguna de jugar el balón con la mano). Esto ocurrió en el minuto 77. El árbitro dio la pena máxima y el encargado de convertirla fue Lisandro. Victoria de 3-1 para el Lyon y eliminatoria casi sentenciada (eso sí, el Lyon tendría que defender esa ventaja sin Govou y Lisandro, sancionados por acumulación de amarillas).

En la vuelta, se esperaba que el Girondins tuviera que jugar como el anterior rival del Lyon, el Real Madrid, en el sentido de que tendrían que ganar a la heroica. Y así van los dos equipos, eliminados de la Champions. El Girondins atacó con muchas ganas, tantas que corrían como pollos sin cabeza y no tenían ningún orden cuando tenían que jugar verticalmente. El partido se decidió gracias al estratega Puel, ya que se dejó de atacar y decidió controlar el centro del campo sabedor de que su poder ofensivo perdía mucho sin la presencia de Lisandro López. Como el Girondins no sabía cómo atacar, llegaba poco a Lloris y fue Wendel el que más peligro creaba gracias a esos balones parados que él tanto domina. Con el balón en juego, la mayor ocasión de peligro del Girondins antes de marcar el 1-0, fue el tirazo al larguero de Alou Diarra. Una buena combinación entre Jussiê y Trémoulinas culminó con el gol de Chamakh en el minuto 45. El equipo de Blanc se fue al vestuario con posibilidades de pasar a semis, y éstas parecían más factibles cuando el Girondins puso un poco de cabeza a su propio juego y comenzó a controlar el partido. Pero el equipo girondino no tenía ninguna mordiente y sólo avisaba gracias a los peligrosos balones parados de Wendel, que obligaron a Lloris a tener que lucirse alguna que otra vez. Y aquí se acabó la andadura europea del Burdeos, que ha tenido una más que digna actuación en esta Champions, perdiendo un solo partido. El Lyon sigue adelante gracias a su entrenador y sus estrategias, que han metido al Olympique donde está ahora mismo. Veremos cómo responden los franceses ante el Bayern.

Bayern-Manchester United

La eliminatoria estaba marcada por la causa profunda de la rivalidad entre estos equipos, que es la venganza por parte del Bayern de la final del 99 en Barcelona y también la venganza del United, ya que siempre que se han encontrado en eliminatorias estos dos equipos, siempre han salido victoriosos los alemanes. Y eso se empezó a rubricar en el partido de ida el Allianz Arena. Aunque bien es cierto que el Bayern tardó en responder al temprano gol de Rooney, que en el minuto 2 marcó tras una falta sacada desde la banda derecha, prolongada con la cabeza por el único jugador que hacía de barrera y además con el "fallo" de Demichelis (el argentino resbaló dentro de su propia área) que dejó a Wayne solo delante del portero Butt. Teniendo en cuenta lo pronto que fue el gol, sería de tontos pensar que el United iría a defender el resultado, porque no fue así y que el Bayern no era consciente de sus posibilidades de venirse arriba y marcar un gol que abriera la eliminatoria. También es verdad que era difícil atacar al United viendo lo bien plantada que estaba su defensa y sabiendo también que el Bayern jugaba sin Robben. En el Bayern, además, los mediocampistas estaban lentos y siempre que los alemanes se encontraban con un larguirucho obstáculo llamado Edwin Van der Sar. En la segunda parte, el equipo muniqués, salió con ganas de revolucionar el partido y cambiar la monotonía de juego aburrido con la que se llegó al descanso. Uno de los artífices del cambio de los alemanes de una parte a otra fue Franck Ribéry, que entró con ganas de marcha. El Bayern entonces, empezó a adueñarse del partido y a crear mucho peligro. Y este peligro fue culminado por el propio Ribéry que marcó con la inestimable ayuda de Rooney de falta directa. Los alemanes remataron la faena gracias a Ivica Olic, que tras un gran fallo defensivo, estuvo más listo que nadie y batió a Van der Sar. Final, 2-1 y todo a favor del Bayern, ya que además, en la jugada del gol de Olic, Rooney cae lesionado para al menos 3 semanas.

¡Pero se tiraron un farol en Manchester! Wayne Rooney jugó en Old Trafford, pero eso sí, estuvo desaparecido en combate. Yendo a la crónica general del partido, se podría decir que el United salió a por todas, porque en seis minutos se puso con una ventaja de 2 goles a 0. Estos dos goles fueron obra de Darron Gibson, de tiro lejano, y de Nani, que marcó un gran chicharro de tacón, tras un centro desde la derecha de Valencia. El Bayern estaba dormido y esta vez sí, con todos sus efectivos. Van Gaal estuvo conservador porque era consciente de que un gol forzaba la prórroga. Los alemanes estaban muy perdidos sobre el césped de Old Trafford y veían como los jugadores del Manchester subían por las bandas a placer y creando mucho peligro. De hecho, Rafael tuvo una ocasión clarísima de gol en la que estuvo a punto de marcar el tercero para el equipo inglés, pero en la que estuvo incomprensiblemente chupón y no pasó el balón al punto de penalti, que era donde esperaba Rooney para marcar y matar la eliminatoria. Aun así, los cinco minutos previos al descanso fueron absolutamente locos, ya que, para empezar, el Bayern se acercó con peligro a la portería rival por primera vez en el partido gracias a Olic. Después, en una jugada por banda derecha, el joven Rafael puso el pase de la muerte para Rooney, pero como este no consiguió pegarle al balón, lo hizo Nani, que esperaba el balón por si Rooney fallaba. Y como Wayne falló, el portugués no perdonó y metió el balón por la escuadra de la portería de Butt, que tocó el balón sin posibilidad de evitar que la pelota entrara. 3-0 y todo finiquitado, pensarían los aficionados del United, que asistieron felices al partido con sus bufandas verdes y amarillas. Pues no fue así. En absoluto se terminó todo ahí. Antes del descanso, el salvador Olic marcaba con un sutil toque estando muy escorado y habiendo salido Van der Sar a cubrir el palo derecho de su marco. El Bayern se fue con esperanzas al descanso. Un gol más les acercaba a Madrid. Los jugadores no se olvidaron de atacar, y de hecho, la segunda parte fue de un dominio y un asedio total y absoluto por parte del equipo de Louis Van Gaal. Lo malo es que, como en la ida, la defensa inglesa estaba bien plantada y Van der Sar estaba también inmenso. Pero las cosas se empezaron a torcer para el United. Tras una infantil tarjeta amarilla, Rafael veía su segunda del partido tras un agarrón a Ribéry en una jugada totalmente aislada en el centro del campo. Debido a esta expulsión, Ferguson se vio obligado a meter a algún defensa para que la banda derecha no fuera una autopista. El que entró fue John O'Shea sustituyendo a Rooney (cambio lógico). Y a la media hora de la segunda parte, el persistente Bayern recibía su recompensa gracias a un golazo de Arjen Robben de volea a la salida de un córner sacado desde la banda izquierda. El balón se coló al lado de la base del poste, haciendo inútil la estirada de Van der Sar. El United intentó ir para arriba, y por ello, Ferguson metió a Berbatov y a Giggs, pero no encontró resultado alguno. Final, 3-2, victoria inservible para el Manchester, y el Bayern vuelve a unas semis ocho años después. De esta forma, el Man U no podrá repetir final de Champions por tercera vez consecutiva, algo que sólo consiguió la Juve entre los años 96 y 98 (en el 96 la Juve ganó al Ajax en la final por penaltis, en el 97 perdió 3-1 ante el Borussia Dortmund en Munich en el viejo Olympiastadium y en el 98 perdió 1-0 ante el Real Madrid en el recién inaugurado Amsterdam ArenA).

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